jueves, 16 de octubre de 2014

Luces y sombras - por Rubao Casanova

Hace ya algún tiempo que quería escribir mis sensaciones sobre el tan difícil espectáculo de la MAGIA. La verdad es que me ha llevado, quizás, demasiado tiempo, después de hablar con protagonistas, ver muchos shows, visionar películas antiguas, etc….. Mis conclusiones, someras, son las de un simple aficionado, y por supuesto no exentas de críticas y de polémica. 

Quise ver la magia como un “deporte” en el que “el actor”, debía entrenarse a diario. Sus músculos, el manejo de la mano, la velocidad de los trazos de movimientos, los propios dedos, la curvatura de la palma de la mano….etc. A pesar de todo ello, en una ocasión en una cena de “entendidos” quise expresar una de las típicas preguntas de acción-reacción, pregunte “¿entonces un hombre con la falta de brazos, de uno o de los dos no puede ejercer de mago? Causo cierta hilaridad entre varios de los contertulios y casi hubo un NO por respuesta, lo que abala mi tesis anterior del entrenamiento.

No soy un conformista por todo ello, seguí indagando, y es cuando entramos en el campo de la “magia espectáculo de luz y sonido”, muchos medios técnicos, para andar sobre el agua, el cortar un cuerpo en un parque público, el meter una mano en una pecera, y mucho más. Co ello podríamos decir que ese tipo de espectáculo si podría hacerlo un impedido. El individuo no necesita entrenarse. Resumiendo, tenemos dos tipos de MAGIA totalmente distintas, pero como dirían los químicos no miscible.

Reincidiendo en lo anterior, ¿Qué nos asombra más de un buen mago? Su limpieza, pero esta viene dado por su extraordinaria velocidad de movimiento de manos, para que no se aprecien las etapas del truco, sea todo un continuum. Oiremos decir ¿cómo fue capaz de meter un perro dentro de la bragueta de otra persona, sin que es sujeto  se dé cuenta. Ahí está la base principal del “deportista de elite” que domina su cuerpo, que saque de sus múltiples bolsillos, mil y una cosas y no se mueva ni la solapa de la chaqueta.

Todo ello no implica que tengamos que prescindir de “aparatajes”, siempre serán necesarios, los hilos invisibles, las cajas de doble fondo, las cajas con espejos, las cuerdas falsas, los aros con cierres invisibles y un largo etc. Especializarse solo en la manipulación de barajas, en principio está bien, pero al quinto truco, estamos saturados, por muy limpios que estos sean y por ello tenemos que saltar a otro, que haga mantener al público en atención, finalizando el espectáculo con el del que le disparan con una pistola y el mago abre la boca con la bala entre los dientes. Con todo el otro “show” está bien es ameno las personas ven como todo se ilumina, pero podría ser realizado por un robot. Mientras que el del showman que sobre el escenario hace saltar un ¡OH! Es digamos “AUTENTICO”.

Cada uno puede elegir el que quiera, pero no debe engañarse y dar su valor al que lo tiene, todo es lo que queramos ver.

No he querido nombrar a nadie para no herir sensibilidades, pero todos sabemos de quien se habla.

1 comentario:

  1. Interesante comparación entre el entrenamiento mágico y el deportivo. Toda destreza física necesita entrenamiento. Gabriel lo llamaba ensayo. Buen punto de partida.
    Sin entrenamiento no se llega a ninguna parte. Y es tal su fuerza que permite superar cualquier minusvalía real o imaginaria.

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