lunes, 10 de septiembre de 2012

De la realidad a la ficción - por Ricardo Solo




Me gusta jugar con las presentaciones. Creo que es uno de los aspectos de la magia que más me permite expresarme. No entiendo la presentación como un parche (como ocurre tantas veces), me horroriza oír cosas como: “El juego es raro, pero con una buena charla puede estar bien”. El efecto y la presentación son una misma cosa. En el momento en el que uno se construye para darle sombra al otro, la estructura se cae.

Por eso me gusta trabajar en la presentación. Me hace trabajar en las estructuras, encontrar nuevos efectos, nuevos acercamientos a lo que quiero decir, nuevas formas de expresión. Y como, a pesar de ser muy disoluto, me gusta tener ordenadas ciertas cosas, pienso en las estructuras presentacionales como si fuesen técnicas. El concepto es uno, el origen de lo que quiero contar, pero el cómo lo cuente, qué fórmula utilice, modificará sustancialmente el tipo de efecto y lo que perciba el público.